C&P ya habían visitado Asia en anteriores ocasiones pero confiaron en mí para “descubrirles” destinos más novedosos que les sorprendieran.
Yangón, Bagan o Mandalay son algunos de los míticos nombres de este viaje. Una aproximación al universo espiritual de este maravilloso país asiático que es Myanmar.
Aunque ellos ya conocían Bangkok, quisieron incluir en el programa unos días en esta caótica ciudad que les encantó. Tras una primera parada allí en la que se entremezclaron con su exótico bullicio, su animada y chic vida nocturna y sus majestuosos templos, pusieron rumbo a la antigua Birmania para explorar este destino de última tendencia.
En Myanmar planificamos un itinerario muy cuidado que resultó muy auténtico, de calidad e intenso sin renunciar al confort.
C&P comenzaron visitando Yangón, su mercado y centro colonial, para después contemplar un mágico atardecer desde la preciosa pagoda Shwedagon y degustar una romántica cena en un afamado restaurante. Continuaron hacia Bagan, conocido como el Valle de las Mil Pagodas, donde visitaron algunos de sus innumerables templos, disfrutaron de un bello paseo por el río al atardecer, de un tranquilo recorrido en coche de caballos y realizaron un maravilloso y más que recomendable sobrevuelo en globo al amanecer. Durante sus días de estancia en Bagan, C&P también tuvieron a su disposición bicicletas para perderse por los templos y disfrutar a su aire de su místico ambiente así como les ofrecí la oportunidad de degustar una inolvidable cena en un arenal del río iluminada con antorchas y velas.
Después C&P cogieron un vuelo con destino Mandalay. Una vez allí, además de visitar la ciudad, se dirigieron hacia Sagaing y Ava con la imagen de la Birmania dorada con cientos de estupas dibujando el paisaje y visitaron el puente de U Bein, el puente de teca más largo del mundo, a la caída del sol. También visitaron la pagoda inacabada de Mingun y la preciosa pagoda blanca Myatheindan. Posteriormente volaron a Lago Inle para descubrir durante dos días esta preciosa zona en barcaza privada, hacer visitas culturales y asistir a mercados típicos que tienen lugar todas las mañanas excepto los días de luna llena.
Myanmar reunió una experiencia diferente de templos, monasterios shan y pagodas, de paseos en bicicleta y coche de caballos, de visitas a mercados locales y a pequeñas fábricas de artesanía local, de amaneceres y fantásticas puestas de sol.
Cómo punto y final a este “descubrimiento” les recomendé viajar al archipiélago de Mergui. Un destino remoto al sur del país (pero bien conectado a 1h y media en vuelo desde Yangón) que conserva ese encanto genuino de antaño y cuya vida marina es maravillosa debido a que la mayoría de sus islas están deshabitadas.
C&P se alojaron en una villa en una playa de ensueño inmersa en una naturaleza salvaje. Este es el lugar perfecto para perderse…o encontrarse.
Esta es sólo una pequeña selección de viajes que he diseñado. Te invito a visitar mi BLOG dónde encontrarás más inspiración e ideas.
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