Se trata de una de las combinaciones “típicas” de Luna de Miel de los últimos años pero no por ello menos interesante. Razones no le faltan y sigue siendo una de mis opciones favoritas para una Honeymoon de ensueño por su singularidad, exotismo y comodidad en desplazamientos.
En general, me gusta definir el tipo de viaje que organizo por el país del sol naciente con una frase: “a vuestro aire pero de mi mano”, esto significa que vais a viajar en trenes sin guía ni chófer (a no ser que estéis dispuestos a pagar su alto coste) pero arropados en todo momento por una guía escrita personalizada con toda la información de vuestro viaje (dónde aparece hasta el más mínimo detalle, incluso los horarios de los trenes que os recomiendo coger entre un punto y otro) y, por supuesto, junto a mis recomendaciones en cada población a visitar.
El viaje que les diseñé a A&C “a su aire pero de mi mano” es ideal para vivir de lleno una de las culturas más ricas, antiguas e internacionales del mundo: probar el mejor sushi del planeta, cruzar el país en el mítico tren bala, divisar el mágico Monte Fuji, dormir en un ryokan tradicional, y también en un monasterio budista, disfrutar del bullicio de Tokyo y comer en uno de sus numerosos restaurantes Estrella Michelín que les reservé desde aquí.
A&C comenzaron conociendo los vibrantes barrios de Tokyo y la increíble mezcla de lo
clásico, Templos y Santuarios, en contraste con la enorme magnitud de los edificios más modernos de la ciudad. Prosiguieron al Parque Nacional de Hakone donde vivieron la imperdible experiencia de alojarse en un ryokan (alojamiento tradicional) y disfrutaron de una fantástica cena tradicional y un relajante baño “onsen” de aguas termales. Continuaron hacia Takayama, que les permitió retroceder en el tiempo e imaginarse el Japón del siglo XVII paseando por sus calles, y hacia Shirakawago que es una preciosa aldea declarada Patrimonio de la Humanidad por sus casas típicas de tejado de paja llamadas Gassho-zukuri.
Para finalmente dirigirse a la tradicional y bellísima Kyoto desde la que les recomendé también visitar sus alrededores: Arashiyama con su famoso bosque de bambú y Fushimi con su pasillo formado por cientos de “Tori”, puertas sagradas. Desde Kyoto dedicaron una mañana a visitar la población de Nara, conocida por su parque de Ciervos Sagrados, y el Monte Koya donde vivieron la experiencia única de dormir una noche en un monasterio budista.
A&C tuvieron así la oportunidad de empaparse de todos los contrastes de la cultura que mejor ha combinado la fuerza y la delicadeza, las Geishas y los Samurais.
Después del entusiasmo y la intensidad de esta primera parte de su viaje, A&C dedicaron la segunda parte a relajarse y disfrutar de su mútua compañía en uno de mis resorts favoritos de Maldivas. Un paraíso de serenidad inconfundible y dónde todo está enfocado a vivir la experiencia más auténtica en pareja ¡no me extraña que A&C quisiesen quedarse a vivir en su villa de ensueño!
Esta es sólo una pequeña selección de viajes que he diseñado. Te invito a visitar mi BLOG dónde encontrarás más inspiración e ideas.
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