Seguro que habeis oído hablar mucho de esta ciudad en el último par de años: Marrakech se ha convertido en uno de los destinos preferidos para peticiones de mano, escapadas cortas, despedidas de soltera, viajes de amigas… e incluso instagram está repleto de preciosas fotos de influencers que han sucumbido a sus encantos.

Pues bien, después de mi visita a la “It city” hace un par de semanas, os puedo asegurar que… razones no le faltan!!!

Se trata de una ciudad a tan solo 1h y media en vuelo desde Madrid y a 2h desde Valencia pero la sensación que tienes al llegar es que has viajado a un país mucho más lejano y exótico. Y, a mi parecer, es precisamente ese halo de misterio y exotismo de oriente, donde el pasado y el presente se entremezclan en perfecta armonía, lo que le otorga esa magia que la hace tan especial.

Para poneros en situación os diré que, para mí, las visitas imprescindibles que hay que realizar si o si se visita “la ciudad roja” incluyen: el Palais Bahia, contemplar desde fuera la Mezquita Koutubia (no se puede entrar), las Tumbas Sadíes, le Jardin Secret y la Madrasa Ben Yousseff (actualmente en obras). Todas estos lugares se encuentran dentro de la misma Medina (la parte histórica).

Fuera de ella, os recomiendo dedicar una jornada a la zona nueva de Gueliz para conocer los Jardines de Marjorelle y el museo YSL (por cierto, merece la pena comprar la entrada conjunta pues ahorarreis dinero y tiempo en la cola!) y comer en el concept store situado justo en la esquina de enfrente, en el recién inagurado restaurante Plus61 o en el emblemático Café de La Poste.

Además, por supuesto, de no perderos otros “must” de la ciudad como son: callejear sin rumbo por la Medina, perderos por sus zocos (y regatear como si no hubiese un mañana), disfrutar de la experiencia de un hammam (turístico porque los locales no son aptos para todo el mundo), contemplar los bellísimos colores del atardecer desde el rooftop de café Shtatto, pasear por la bulliciosa plaza Jemaa el Fna al anochecer…

 

Por si os apetece, aquí os dejo también algunas recomendaciones de lugares cool para disfrutar de una buena comida o cena o simplemente relajaros… Nomad, Café des Epices, Riad el Fenn, Café Dar Bacha (dentro del precioso museo de Les Confluences), Terrasse des Epices, Le Salama (con espectáculo a la hora de la cena), La Famille, Riad Sakan, Kabana (de los pocos lugares con licencia para servir alcohol)…

En cuanto a dónde dormir en la ciudad, podemos diferenciar dos tipos de alojamientos: los Riads que son alojamientos boutique a modo de verdaderos oasis en el corazón de la Medina. Con un concepto de hotel/casa, ofrecen una atmósfera íntima y serena con pocas habitaciones en torno a un patio interior con alberca y/o fuente. Entre ellos os puedo aconsejar el Riad L’Atelier (donde me alojé y disfruté de una experiencia inolvidable), el Riad Dar K, Le Riad Yasmine, El Riad Kitula, el Riad Be Marrakech, el Riad El Fenn

Y por otro lado, están los hoteles más grandes y lujosos un poco más alejados pero muy refinados y exclusivos. Cabe destacar el mítico La Mamounia, el Four Seasons, el Palais Namaskar, el Amanjena, La Sultana


Como veis, opciones de alojamiento hay muchas, y os aseguro que de gran calidad, así que la elección dependerá, obviamente, de vuestros gustos y preferencias. Pero, si me permitís una recomendación, os diré que dividir vuestra estancia entre ambos tipos de establecimientos podría ser una muy buena idea: unos días en un encantador Riad para divertiros con el bullicio de los zocos y en las animadas azoteas de sus cafés y otros días en un selecto hotel para relajaros y disfrutar del lujo más elegante.

Por cierto, si quereis desconectar del dulce caos de Marrakech, os propongo pasar una noche bajo las estrellas del desierto de Agafay a tan solo 40min de la ciudad…no es mal plan ¿verdad? Pero eso ya da para otro post…jejeje

Espero que estas pinceladas de información os sean útiles y os animen a visitar este destino tan exótico y a la vez tan cerquita de casa.

Un abrazo,